Diario de una aventura en los Annapurnas – Parte II
Le toca el turno a Mai y Pablo, que nos dejaron estas sensaciones en nuestro diario de viaje durante el Trekking de los Annapurnas…. Espero que os guste
Día 4 – Chame (MAI)
Amanece en Dharapani al son de los Buenos días………. Nuestros porteadores tomando el té antes de emprender camino, bostezos, sonrisas, plumas y gorros……comienza la aventura hacia Chame!
Dejamos atrás los paredones verticales donde la vegetación no encuentra lugar y vamos descubriendo como las montañas van cambiando de forma y colores mientras nos adentramos en sus bosques de pino negro, parece que vamos caminando por el Pirineo, pero un guiño nos hace recordar donde estamos, el Anapurna II, tímido pero imponente se funde en nuestra retina y en nuestros sentidos.
Los senderos invitan tanto a las bromas y complicidades, como a la reflexión. Vamos avanzando y los pueblos cambian, picapedreros y carpinteros aportan su trabajo y las casas y sus calles se adaptan al medio.
Empieza a atardecer, y una melodía nos guía a un pequeño monasterio budista. Al llegar nos envuelve un clima en el que nos sumergimos con respeto y curiosidad. Oraciones al son de los panderos y las campanas. Juegos y risas de los niños. Manos de henna de las niñas.Y mujeres en torno al puchero del te.
Llenos de magia emprendemos el camino, mientras la luna sonríe sobre el Manaslu.
DIA 5 – Lower Pisang (Pablo -La factoria de Gaitas)
Amanece en Chame, hay aromas de pino y enebro, todo me suena, me encanta cuando en la montaña te da una pereza terrible salir del saco porque tienes la nariz helada y en un empentón bajas al salón del refugio con la esperanza de que alguien haya enchufado la estufa, desayunas caliente y piensas que te queda un ratito de tener el cuerpo cheladete hasta que el sol te empiece a dar en la espalda o hasta que la primera rampa del día sea tan fuerte que se te salga el poorrich por la boca y te sobre plumas, gorro, guantes, térmica y calzones marianos, aunque siempre hay algún compañero que sale y afronta el dia en ropa interior de calidad superior.
Ya en camino y en manga corta parece que el día se afronta de otra manera pinos, manzanos y algún guiri que otro, risas, mucho pero mucho sarcasmo y.. ya hemos llegado. Pero espera, detrás de unos arizones se oye algo, es la fiesta del momo!!!! hay unas 20 mujeres escuchando música y preparando momos sentadas en un bonito prado al sol, nos invitan al te, jugamos con sus hijos, intentamos conversar y se ríen, no sé si de nosotros o con nosotros. Me voy de ahí contemplando sus caras y pensando que difícilmente se puede ser más feliz de lo que son esas mujeres en una tarde de noviembre sentadas en las faldas del annapurna, parece que no sea casualidad encontrar esa estampa, desde el principio del viaje veo al annapurna como una mujer poderosa y ellas creo que son sus mujeres, las mujeres de annapurna.