Diario en el Himalaya – LANGTANG 2016 – Mateo

Que suerte tenerte en las filas, que suerte tener tu ayuda y tu compañía, para poder hablar  y ver las cosas desde distintos perfiles. Que bien disfrutar de tu precoz animo y energía por la aventura que nos une, por el giaje y la gestión de los grupos. Ha sido precioso tenerte de compañero estos días Mateo, ha sido un placer seguir coincidiendo y aprendiendo el uno del otro en este entorno incomparable como es el Himalaya.

Os dejamos el diario de Mateo en el Himalaya…que día a día nos sigue mandando noticias…namasté amigo, esperamos tu regreso…

Mateo, en pleno Himalaya

Mateo, en pleno Himalaya

Primera noche en Katmandú, esto es un mundo totalmente diferente al nuestro, la ciudad está infestada de jaurías de perros callejeros y en cada rincón encuentras un trozo de artesanía que en Zaragoza estaría en un museo…

Así comenzó mi diario de viaje sobre este otoño que voy a pasar en Nepal. Lo que más me asombró esos primeros días fueron los contrastes con occidente, el olor de las calles, la mendicidad que me encogió el corazón varias veces, los rincones religiosos y la sonrisa mezclada con el barro.

Katmandú es loca, motos, coches, ruido, personas, personas, persona, perros. Ciudad de contrastes, Backtapur te transporta siglos atrás con sus rincones parados en el tiempo, sus tradiciones y templos… Thamel te sobrecoge, en veinte segundos caminando por una de sus calles pueden ofrecerte ascender el Everest mientras te intentan vender bálsamo del tigre, casi te atropellan dos motos y un Jeep, miras un plumas de Mammut a 30 euros, escuchas a un grupo nepalí que está tocando AC/DC en un tercer piso, te cruzas con Reinhold Messner y comes una pizza.

Salir de Katmandú te hace respirar tranquilidad, excepto cuando ese colorido camión está adelantando y el taxi en el que vas tiene que ocupar el carril contrario para esquivarlo, tu vida para por delante de ti y el conductor se ríe como si no hubiera pasada nada.

El viaje hasta el Himalaya te hace imaginar lo que vas a ver, primero aparecen ríos gigantes, los valles poco a poco van encajonándose y las “carreteras” cada vez se hacen más pequeñitas. Finalmente vas colgado con mil metros de caída a la izquierda, los baches hacen que tu cabeza se mueva como si fueras el muñequito de Elvis, el Jeep avanza a 10km/h y al fondo del todo ves una nube muy blanca y afilada que parece rozar la estratosfera, quizás no sea una nube.

Comienzas a andar por la selva, te parece estar en una película de Indiana Jones, cantos de loros, monos saltando de rama en rama, chicharras sin parar de cantar y esos invisibles pandas rojos. Caminas cuesta arriba, sigues subiendo día tras día y la selva nunca termina, esa ascensión hasta los prados de alta montaña que realizamos durante una jornada en nuestro querido Pirineo aquí te lleva cuatro o cinco días…estas montañas son enormes.

Todos juntos, te esperamos

Todos juntos, te esperamos

Los Lodges, albergues de montaña te hacen conectar con las personas que aquí viven, sonrisas, familia, tradición, gratitud y comida picante. Durante las noches el baile y la canción son un precioso entretenimiento que quizás impacte más que las afiladas agujas que verás al día siguiente.

Lantang pueblo bajo piedras sobre el que tienes que caminar sintiendo como el corazón va bajando poco a poco, esa mala suerte que se llevó demasiadas vidas. Vidas sobre las que también tienes que caminar. Poco a poco el pueblo revive y varios lodges aparecen al final de esa avalancha, donde duermes y disfrutas de una ducha caliente.

Al día siguiente la alta montaña aparece, de repente sales del bosque y los yaks te dan la bienvenida. Entre las nubes aparece un tono de blanco diferente, un blanco liso, muy puro. Te sientes impotente viendo estos gigantes, te imaginas caminando por sus corredores, por sus glaciares, colgando de sus rocas.

Entre las nubes aparecen y solo deseas caminar hacía ellas.

A la tarde el cielo se despeja y el impulso de capturar estas montañas es infinito, disfrutamos fotografiándolas aunque sin duda  es complicado reflejar la grandeza del Himalaya.

El atardecer es especialmente hermoso, desde la terraza del lodge vemos las cumbres y nos sentimos muy pequeños.

Pasamos dos días en Thulo Siabru donde ponemos un pequeño grano de arena por Nepal, poniendo el suelo de un Lodge destrozado por el terremoto, hacemos muy poco pero la familia nos lo da todo. Dolma nos regala una pulsera a cada uno, jamás olvidaremos su mirada de gratitud.

Daberan, Tarsi, Nimar, Babu, Nouan, Lalit son familia para todos nosotros.

Nepal te encanta por sus montañas pero te enamora por sus gentes.

Muchas gracias a Dabid por esta primera etapa en Nepal, gracias al equipo por cada momento de este perfecto viaje y sobre todo gracias a Nepal por cada una de sus sonrisas.

 

Y unas fotos de Mateo, con su ojo tan especial… estamos preparando m´s sorpresas, pero esa será a su vuelta.