DOMINGUEROS DE LO ABSURDO DANDO VUELTAS AL TORNILLO

Llegamos con idea entre ceja y ceja, revolvemos la mochila y paseamos con la comodidad que nos otorga la aventura y la incertidumbre. Ahora ya podemos aparcar  las responsabilidades por unas horas e intercambiarlas por un  «espero llegar».

De camino conexión y anécdotas, mientras que sin darnos cuenta nos sentimos protagonistas en una de las aproximaciones más cómicas de este paisaje hogareño que Os Fils de Riglos. Testigos del resurgir del pinar tras su último incendio en el año 2001, ya estamos bajo las estratificaciones horizontales de estos mallos tan olvidados como peculiares, donde en los años 60,  el cámara  Miguel Vidal inmortalizó un momento que hoy nos planteamos repetir.   Huele a esencia de aventura, y tras varias vueltas absurdas comprendemos más el valor y coraje de esta cordada aragonesa que fueron Rabadá y Navarro. Nosotros hoy solo somos domingueros de los absurdo, dando vueltas a un tornillo ya apretado por otros… pero viejo, oxidado y presente entre nuestras manos deseosas de subir allí arriba. Clavos y martillos tintinean sobre la emoción de encontrarnos arriba, sobre esas lajas soleadas e inexpugnables, que nos abandonan a la facilidad de subirnos a su «chepa» por detrás, de un pequeño salto emocionado.  Arriba el juego de serpentear entre imágenes y fotografías se esculpe en un dulce recuerdo  que al final queda semienterrado en la papelera de reciclaje de mi escritorio. Eso sí, lo que no se puede vaciar es  el reencuentro de las ideas de mi compañero  y todas las que nos quedan por vivir.  Yo, en este momento cobarde, destrepo y con cuidado retiro el primer y el último clavo de esta aventura…. pero me quedo con las ganas e intención de dormir aquí arriba…