MONTE PERDIDO DESDE TUCARROYA
Cambiamos aglomeraciones por soledad, sábados por Dómingos y ligereza por mochilas costosas…
Cambiamos viaje en coche por aventura en casa, Monte Blanco por Monte Perdido.
Cambiamos Alpes por Pirineos.
Y así de anchos nos quedamos, trás subirnos a cuestas los casi 1500 metros de desnivel que separa el circo de Pineta con la brecha solitaria de Tucarroya, siesteamos y foteamos lo que nos da la gana, jugamos a ser leñadores y soplamos las nubes que no dejan de atraparnos durante la tarde….
Al día siguiente las mochilas pesan ligeramente menos, al contrario que los sueños, que se conforman con quedarse a unos metros de la cumbre… ya hace días que solo os quiero para disfrutar… mis montañas.
Gracias por la compañía David, la próxima con sol y sin hipótesis!