Unos días en casa, unos días en pleno Himalaya
Esta vez le toca a mi compañero infatigable Jaime, con el que tan agusto me siento conforme van pasando los años y los años… Esta vez nos tocó vivir una aventura en el Himalaya, y sobretodo una vuelta a casa muy especial para los dos. En casa de Dolma y Kanxa pudimos disfrutar del todo lo que el proyecto Un Granito de Arena por Nepal dejó por aquí durante las dos acciones del año 2016.
Y aquí os dejo su manera de expresar las cosas de Jimmy. Gracias hermano…
Parecía que ya lo habíamos visto todo de Nepal, ochomiles, glaciares, pueblos imposibles, ciudades repletas de polvo y vida, lunas llenas y soles repletos… y resultaba que nos quedaba lo mejor, sus gentes en estado puro… el mayor regalo. Nos abrieron sus casas, sus cocinas y alcobas, compartieron la mejor de sus comidas (dalbat, claro) y entendimos que allí el tiempo no se organiza en unidades horarias, sino en infusiones de origen incierto y tareas productivas y reproductivas. Tuvimos la suerte de verles reír y compartir esas risas en el lenguaje universal del humor… también tuvimos la suerte de verles discutir, discrepar, y pudimos también compartir desde ahí en el lenguaje universal de las necesidades y el amor. Y tuvimos la suerte, que en realidad es suya, de ver a aquellas mujeres titánicas dueñas de sí mismas, valientes, gestoras, portavoces y altavoces de sus vidas.
Elecciones, infusiones, pozos, budistas, dalbat, más infusiones, la escuela, abuelicos en las puertas, otra vez que se va la luz, la cosecha, el contingente alcalde, otra visita, el panda rojo, pero quiénes son los maoístas? y dónde se han metido los gatos?? pero y entonces con las vacas qué se hace aquí??? Atardece, que no es poco…
Y para rematar una hermosa excursión con Dolma, la guía que hacía las envidias de todo aquel que se decía estar haciendo un trekking en Nepal! Parecía que no llegaríamos ni en dos vidas, pero lo logramos… frío, algo de fiebre, unos fumables y la paz en aquellas altas montañas. Toda la vida en un termo de té.
Y con este episodio que acaba, llega también el final de nuestro viaje por las alturas… no sin antes rematar un bonito epílogo en Katmandú que por estima propia dejaré en un lo que pasa en Nepal, se queda en Nepal… haber venido!!! Gracias desde aquí a todas aquellas gentes, a aquellos paisajes y en especial a mi compañero de viaje, Dabid… que con esa mirada y sonrisa de pillo se ha metido a aquellas gentes en el corazón, y viceversa. Ha sido un placer y un privilegio compartir este viaje con vos.
«La tierra es insultada y ofrece flores como respuesta» Rabindranath Tagore